jueves, 29 de abril de 2010

El amor hacia el prójimo

Que la gracia de Dios Todopoderoso colme los corazones de buena voluntad.

Hola queridos hermanos en la fe del Señor Jesucristo. Ya se siente la brisa del verano en nuestro país, situado en el trópico; así de caluroso es este mensaje que les comentaré en breve, ya que en estos tiempos los valores se están perdiendo en todo momento, el tema de hoy tiene como nombre: “El amor hacia el prójimo”, espero que les llene y les haga recapacitar a aquellos que no lo toman en cuenta.

El amor hacia el prójimo

La Santa Palabra (Biblia), nos habla mucho del amor hacia los demás, que debemos procurar el bien, sobre todas las cosas, que todos somos iguales delante de Jehová, sin importar el color de piel, nacionalidad, u origen, Dios nos ama a todos porque somos su más grande creación.

Su amor tan inmenso lo depositó una vez más, que aún siendo nosotros pecadores Cristo vino a entregar su vida por usted y por mi; el mismo Jesús simplificó los Diez Mandamiento en dos y uno de ello dice, “Amar a tu prójimo como a ti mismo”. (Lucas 10:27), fue tan grande el amor que Jesús mostró por el prójimo que aún cuando le trajeron una prostituta hallada en pleno acto, los escribas y fariseo quería apedrearla y el Maestro les dijo: “El que este libre de pecado tire la primera piedra”. (Juan 8:7).


A veces expreso cosas, que aun sin discernirlas en mi mente de hombre, se que las digo pero es el Espíritu Santo que nos revela los acontecimientos; ya que este tema se está viendo muy poco en el pueblo de Dios, las Iglesias, están dejando de lado esto que el Mesías nos dejó como ejemplo, amarnos los unos a los otros. A veces me incomodo con mis hermanos, pero eso no pasa de ahí, trato de buscar soluciones a los conflictos que existen entre nosotros y los solucionamos no dejamos que crezca, estamos llamados a ayudarnos unos a otros.

Las iglesias son el claro ejemplo de ayudar al prójimo sin importar clase, nacionalidad u origen, no olvidemos que somos nación santa pueblo escogido, a imitar a Cristo, y ser como El fue para todos, un vivo ejemplo de humildad, amor, paz, pero sobre todo un gran amigo y compañero.

No dejemos de lado el ayudar sin importar a quien, a eso hemos sido llamados a ser luz, y la luz se refleja en la oscuridad y alcanza aún a aquel que se encuentra en tinieblas, si se deja usar del Dios.

Hasta una próximo entrega, Dios y Jesucristo les continúe bendiciendo.

lunes, 19 de abril de 2010

Cuando el pozo se cierra (Segunda parte)

Que el Dios Todopoderoso y nuestro salvador Jesucristo, les colme de grandes bondades.

Que tal queridos hermanos como lo prometido es deuda, aqui les traigo la segunda parte del estudio "Cuando el pozo se cierra" es un tema, como expresaba en el primero que nos acontece día a día, y que cada ser humano se enfrenta a esto, esperamos que le sirva de complemento en cualquier área débil de su vida.

Cuando el pozo se cierra (Segunda parte)
En la Biblia aparece el ejemplo de Isaac el hijo de Abraham. Analice conmigo el siguiente texto:“Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno. Y el Señor lo bendijo. Y el hombre se enriqueció, y siguió engrandeciéndose hasta que llegó a ser muy poderoso, pues tenía rebaños de ovejas y vacadas y mucha servidumbre, y los filisteos le tenían envidia. Y todos los pozos que los siervos de su padre habían cavado, los filisteos los cegaron llenándolos de tierra… Isaac volvió a cavar los pozos de agua que habían sido cegados…” (Génesis 26, 12-ss) Isaac era un hombre próspero, pues había heredado fortuna, pozos y tierras de su padre Abraham. Este le había dejado una buena herencia, pero también le había dejado una buena instrucción. Dios bendiga a los padres que se ocupan no sólo de la herencia, sino también de los herederos y se ocupan de dejarles una buena instrucción en el camino del Señor.

La fuente de la riqueza de Isaac era el pozo de agua que había heredado, pues esa tierra era desértica y el agua escasa; el que tenía el agua, tenía la fuente de la riqueza. Pero dice el texto que vinieron los filisteos y por envidia le cerraron el pozo, echándole tierra. De repente apareció alguien que le quitó lo que él tenía y que era muy valioso. En un instante desapareció la fuente, que quiere decir, desapareció lo que le daba tranquilidad, lo que le daba estabilidad a Isaac. Me está entendiendo. Aquello que era la base de la estabilidad de Isaac y de toda su empresa desapareció. Sé que me está entendiendo porque a lo mejor a usted también ya le a pasado. Alguien por envidia o por no sé que, ya le cerró el pozo a usted. Se fue esa persona y usted siente que la felicidad se le secó. Murió alguien muy amado y usted siente que el pozo de la alegría se cerró. Perdió ese empleo, se cayó ese negocio, pasó por ese fracaso, ocurrió esa desgracia… y usted siente que el pozo se cerró. Y lo más común es detenerse, paralizarse y lamentarse por lo ocurrido. Maldecir a quién nos cerró el pozo, llenar el corazón de odio hacia esa persona. Culparnos a nosotros mismos por nuestros errores y fracasos.

Note que la Palabra de Dios es clara con respecto a lo que hizo Isaac. Quiero que me entienda bien. Lo importante no es el fracaso por el que usted pase, sino lo que usted HAGA después de ese fracaso. Sabe lo que hizo Isaac, agarró sus herramientas y cavó otro pozo. Dijo: «Me cegaron este pozo, pero todavía tengo mis herramientas, tengo mis manos, tengo mi cerebro, tengo la fuerza y tengo lo que sembró mi padre en mí: Fe. Adelante, abramos otro pozo»

¿Por qué no hace usted lo mismo? ¿Por qué no vuelve a cavar su pozo? Lo curioso es que al seguir estudiando este episodio de la vida de Isaac, descubrimos que después de abrir el pozo, se lo volvieron a cerrar. Tres veces le cerraron el pozo, y tres veces lo volvió a abrir. Lo abrió tantas veces como se lo cerraron. Nada detenía a Isaac y: ¿sabe por qué? Porque Isaac estaba determinado a seguir luchando. Recuerde lo siguiente: “Pocos tuvieron éxito porque estaban destinados; muchos lo alcanzaron porque estaban DETERMINADOS” No renuncie nunca, por nada ni por nadie.

Sólo hay un grado de diferencia entre el agua caliente y el vapor de agua. Además, sabe que hacía Dios mientras tanto. Estaba esperando ver lo que haría Isaac. No intervino hasta después que Isaac había cavado tres pozos. Ni siquiera vimos a Isaac quejarse ni llorar ante Dios por su desgracia. El empezó haciendo lo que estaba a su alcance, poniendo todos sus recursos disponibles a trabajar. Ni siquiera oró pidiendo ayuda. Primero hizo todo lo que para él era posible. Después del esfuerzo de Isaac, Dios aparece y le dice: “Yo soy el Dios de tu padre Abraham, no temas porque yo estoy contigo. Y te bendeciré y multiplicaré tu descendencia” (Génesis 26, 24).

Con usted es igual. Antes de impartir la bendición, Dios necesita ver en usted la determinación y la capacidad de luchar Si ya ha perdido o le han quitado algún pozo, póngase a cavar otro. Explore nuevos horizontes. Determínese a no rendirse. Tome el mejor recurso que tomó Isaac: la Fe. Yo le tengo una tremenda noticia. Por cada pozo que se cerró, Dios pondrá otros tres frente a usted, si usted es capaz de cavarlos. Entonces: ¿Qué espera para ponerse a trabajar?

Muy fortificante verdad. Que la gracias de Dios permanezca en ustedes, hasta la siguiente entrega.

martes, 13 de abril de 2010

Cuando el pozo se cierra

La gracia de la Santa Trinidad Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espiritu Santo, deciendan sobre ustedes.

Qué tal queridos hermanos, en esta ocasión les traigo un mensaje que recibí vía web, del señor Saulo Hidalgo, del Ministerio Levantate y Anda, un mensaje que debe llamarnos a reflexionar de las cosas que nos acontecen día a día, quise reproducirlo en esta atalaya, ya que tiene un mensaje "contagioso" y cabe destacar que a cada momento vivimos estos casos; espero que lo disiernan al igual que yo, y le sea de edificación a sus vidas, ya que contiene dos partes y esta es su primera.


Cuando el pozo se cierra (Primera parte)

Usted fue creado para la acción más que para la reacción. Generalmente estamos reaccionando de la manera equivocada ante las cosas que nos suceden, porque no nos preparamos para poder enfrentarlas. Cada vez que nos toca pasar por la adversidad, es necesario entender que ésta tiene como propósito convertirnos en mejores personas, no en más amargadas personas. Todo depende de nuestra actitud. La diferencia entre un obstáculo y una oportunidad es nuestra actitud hacia él. Como dijo Herb Cohen: “Usted y yo no vemos las cosas como son, las vemos como somos nosotros”.

Usted nunca verá salir el sol si sólo se dedica a mirar hacia el oeste. Cambie la palabra lamentar, por la palabra trabajar; cambie la posición de resistir, por la de recibir. En uno de mis libros escribo que cada persona viene al mundo con una palabra: Trabajo. Esta palabra aparece quinientas sesenta y siete veces en la Biblia, según la concordancia Strong. Es una palabra que Dios le deja claro al primer hombre de la historia de la creación, Adán, cuando le explica que con el sudor de su frente comería. Más tarde dirá el apóstol San Pablo: “Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma” (2da Tesalonicenses 3,10)

Cada cosa requiere trabajo, y en esta ocasión sustituiré la palabra trabajo por la palabra esfuerzo. Tener un título académico requiere esfuerzo; tener estabilidad económica requiere esfuerzo; tener un buen matrimonio o una buena relación de pareja requiere de un gran esfuerzo; tener una buena familia requiere esfuerzo; tener una buena salud requiere esfuerzo; tener paz requiere de un mucho mayor esfuerzo; hasta mantenerse de pie requiere esfuerzo, ya que la misma gravedad nos empuja hacia abajo. Realmente hasta para pararse de la cama cada mañana usted requerirá de un gran esfuerzo, pues su propio cuerpo es el primero que le pide que no haga nada. Es por eso que siempre insisto que para obtener cada cosa de valor en la vida, es necesario dar el máximo de uno mismo. Muchas veces lo imposible es lo que no se ha tratado de hacer.

Dios no quiere que usted esté quieto. Las personas son como los árboles, o crecen o se marchitan. Y quiero que entienda algo, los mayores logros de la humanidad se obtuvieron cuando se presentaron los mayores desafíos. Cada cosa dura que le toque pasar, puede ser la antesala de algo grande de lo que usted y otros se van a beneficiar.

Constructivo verdad, no se pierdan la segunda parte en la próxima entrega.

Dios les continúe obrando en sus vidas y que Cristo le de paz.

martes, 6 de abril de 2010

Lavatorios de los Pies

La gracia del Señor recaiga sobre ustedes.

Dios les cubra queridos hermanos en la fe, luego de todos esto días a los que el mundo se dedica a vacacional, nosotros los que conocemos el verdadero significado la pasamos en oración y nutriéndonos del gran sacrificio que hizo Dios, al entregar a Jesús para salvar su obra cumbre el hombre, por ello decidimos hacer una pequeña reseña del legado que le acontece a la muerte de Cristo y posterior resurrección el lavatorios de pies, un acto de humildad, que el maestro nos dejó, donde el dice que el mayor es el menor y el menor el mayor. Que grande es Dios.

Lavatorios de los Pies


Dice la santas escrituras en (San Juan capítulo 13 en sus versículos 3 al 17)
Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?
Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.
Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.
Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.
Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.
Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?
Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.
Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor,
ni el enviado es mayor que el que le envió.
Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

El nos llama bienaventurados si entendemos el significado de este acontecimiento de que todos por mayor nivel académico, años en la palabra, y conocimiento por edad, somos todos iguales delante de sus ojos.

El Maestro de Maestros, lo hizo para darnos a entender que todos somos de una misma raza, color, o nacionalidad, que unos a otros debemos amarnos sin tapujos sin rencores sin diferencias, el amor de Dios se muestra una vez más, como un REY JESUS, se humilló a lavar los pies de un simple humano; te agradecemos Señor por tu verdadero amor para con nosotros.

Imitemos a JESUS todos los días de nuestras vidas, para hacer de este mundo un mundo mejor hasta su venida.

Dios les continúe brindando su cobertura.

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