jueves, 5 de marzo de 2009

¿Quieres ser libre?

Paz sean dadas de los cielos a aquellos que buscan el rostro de Dios y su justicia.

Hola queridos hermanos en Cristo Jesús, les amo en el amor de Cristo, gracias les doy cada día a Dios por permitirme ver un día más, llegar a plasmar las palabras de bendiciones que Él en su gran misericordia me regala para enviarla a aquellos que las necesitan.

Hoy quiero poner un mensaje para aquellos que necesitan libertad, porque sabemos que no solo la libertad física, es necesaria, sino también la espiritual, el mismo lo encontré en un tratado y le reforcé haciendo algunas ediciones e incluyendo algunos textos; tiene como nombre ¿Quieres ser libre?, disfrútenlo.

¿Quieres ser libre?
Jesús es el hombre más extraordinario que jamás hayas conocido. El desea salvarte y darte vida en abundancia, esta es la hora favorable para buscarle. “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna”. (Juan 6:47)


Nadie hay tan santo que no le necesite, ni tan pecador que Jehová no le vea. El quiere llenar tu vida de paz, gozo, seguridad, cambiar la tristesa en alegría, la oscuridad en Luz. “De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará; vosotros os entristeceréis, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo”. (Juan 16:20) “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, de ningún modo andará en tinieblas, sino que tendrá luz de la vida.” (Juan 8:12)

El está vivo y te ama, te acepta tal y como eres. Eres importante para Dios, El te ha creado como su criatura especial.

La palabra de Dios declara, “Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36
), libres de toda enfermedad, de toda angustia, de todo dolor.
Cree en el Señor el está a tu puerta esperando que le dejes entrar, para que estés con Él y el contigo. Dale esa oportunidad a tu alma de sentir el verdadero gozo, la paz, y la confianza que solo Cristo la da. “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20)

Dios les continúe derramando su unción poderosa, hasta una próxima entrega.

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