Que tal queridos hermanos Cristo viva en sus corazones. Hace tiempo que me siento como que no estoy haciendo nada por obra de Dios, El Señor me ha inquietado a salir a las calles a predicar nueva vez, ya que ese es el llamado de todo cristiano, dar por gracia lo que por gracia hemos recibido, así que talvez verán un poco el blog descuidado a parte que no me siento 100% trabajando para la obra, espero en Cristo Jesús volverme a calentar. Aquí les dejo este escrito muy edificante que nos lo remitieron los hermanos de devocionaldiario.com, espero los fortalezcan.
Caminando en La Luz de la Palabra
Por calithos
Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. – Salmo 119:105
Mientras viva por la Palabra de Dios, nunca más tendrá que estar en la oscuridad. Nunca tendrá que sentirse confundido en cuanto a que trayectoria tomar. Nunca tendrá que caminar a ciegas, luchando por encontrar su propio camino.
¿No es eso magnífico? ¿No se emociona al saber que la Palabra de Dios le dará toda la luz que necesita cada día de su vida, si se lo permite?
Edifique su fe en esa Palabra y renueve su devoción a ella mientras hace la siguiente confesión:
“Padre, en el nombre de Jesús, me comprometo a andar en tu Palabra. Reconozco que tu Palabra es la integridad misma: firme, segura y eterna; y confío mi vida a tus provisiones”.
“Tú has enviado tu Palabra a mi corazón. Dejo que more en mí ricamente en toda sabiduría. No se aparta de mi boca; medito en ella de día y de noche para que pueda actuar diligentemente en ella. Tu Palabra es una semilla incorruptible que reside en mi espíritu, y crece poderosa¬mente en mí ahora, produciendo tu naturaleza, tu vida”.
“Te agradezco, Padre, que tu Palabra es mi consejera, mi escudo, mi adarga, mi arma poderosa en batalla. Es una lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino. Endereza mi camino delante de mí, y nunca tropiezo o caigo pues mis pasos son ordenados por tu Palabra”.
“Reconozco las estrategias y los engaños de Satanás y les pongo un alto al declarar con mi boca tu Palabra en fe”.
“Estoy seguro, Padre, que Tú produces en mí tanto el querer como el hacer por tu buena voluntad. Exalto Tu Palabra. La tengo en mucha estima y le doy el primer lugar en mi vida. Con seguridad y confianza declaro que mi corazón está firme y establecido en el fundamento sólido, la Palabra viva de Dios. ¡Amén!”
Salmo 119:89-105
Hasta la próxima entrega. Shalom
Por calithos
Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. – Salmo 119:105
Mientras viva por la Palabra de Dios, nunca más tendrá que estar en la oscuridad. Nunca tendrá que sentirse confundido en cuanto a que trayectoria tomar. Nunca tendrá que caminar a ciegas, luchando por encontrar su propio camino.
¿No es eso magnífico? ¿No se emociona al saber que la Palabra de Dios le dará toda la luz que necesita cada día de su vida, si se lo permite?
Edifique su fe en esa Palabra y renueve su devoción a ella mientras hace la siguiente confesión:
“Padre, en el nombre de Jesús, me comprometo a andar en tu Palabra. Reconozco que tu Palabra es la integridad misma: firme, segura y eterna; y confío mi vida a tus provisiones”.
“Tú has enviado tu Palabra a mi corazón. Dejo que more en mí ricamente en toda sabiduría. No se aparta de mi boca; medito en ella de día y de noche para que pueda actuar diligentemente en ella. Tu Palabra es una semilla incorruptible que reside en mi espíritu, y crece poderosa¬mente en mí ahora, produciendo tu naturaleza, tu vida”.
“Te agradezco, Padre, que tu Palabra es mi consejera, mi escudo, mi adarga, mi arma poderosa en batalla. Es una lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino. Endereza mi camino delante de mí, y nunca tropiezo o caigo pues mis pasos son ordenados por tu Palabra”.
“Reconozco las estrategias y los engaños de Satanás y les pongo un alto al declarar con mi boca tu Palabra en fe”.
“Estoy seguro, Padre, que Tú produces en mí tanto el querer como el hacer por tu buena voluntad. Exalto Tu Palabra. La tengo en mucha estima y le doy el primer lugar en mi vida. Con seguridad y confianza declaro que mi corazón está firme y establecido en el fundamento sólido, la Palabra viva de Dios. ¡Amén!”
Salmo 119:89-105
Hasta la próxima entrega. Shalom
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