Dios le guíe
Hola hermanos en la fe de Cristo. Les dejaré con estas líneas del Hermano Román, para que las disciernan en el espíritu, y les sea de provecho para sus vidas.
"Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la
noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría." Salmo 30: 5
Un momento bajo la ira de nuestro Padre nos parece un largo tiempo,
aunque no sea sino un momento, después de todo. Si agraviamos Su
Espíritu no podemos buscar Su sonrisa; pero Él es un Dios presto a
perdonar, y hace a un lado pronto todo el recuerdo de nuestras faltas.
Cuando languidecemos y estamos a punto de desfallecer debido a Su enojo,
Su favor implanta nueva vida en nosotros. Este versículo tiene otra
nota musical del tipo de las semicorcheas. Nuestra noche de lloro se
convierte en un día de gozo. La brevedad es la señal de la misericordia
en la hora de la disciplina de los creyentes.
El Señor no ama el uso de
la vara en Sus elegidos; da un golpe, o dos, y todo termina; sí, y la
vida y el gozo que siguen a la ira y al llanto, compensan con creces la
sana tristeza. ¡Vamos, corazón mío, empieza tus aleluyas! No llores
toda la noche, sino seca tus lágrimas en anticipación de la mañana.
Estas lágrimas son el rocío que significa para nosotros tanto bien, como
los rayos del sol son saludables a la mañana.
Las lágrimas aclaran los
ojos para la visión de Dios en Su gracia; y vuelven el espectáculo de Su
favor más precioso. Una noche de aflicción aporta esas sombras del
cuadro que hacen resaltar las luces con mayor claridad. Todo está
bien.
Recuerden Cristo viene por su iglesia, arrepientete y búscalo. Shalom
lunes, 22 de agosto de 2016
martes, 9 de agosto de 2016
LOS JUEGOS OLÍMPICOS 2016
Dios te guíe en tu caminar
Hola hermanos en la fe de Cristo; en estos momentos se están celebrando las olímpiadas, los juegos que se ejecutan cada 4 años en diferente localidades y continentes en el mundo, en esta ocasión les tocó a Río de Janeiro en Brasil, en nuestro continente americano, específicamente en sudamericano.
Así mismo con esa hermandad que se celebra donde países que normalmente se encuentran en conflictos políticos, en disputas por territorio se dan las manos y se abrazan, durante estos 15 días mas o menos que dura esta actividad.
Dios quiere que el hombre se mantenga en armonía, que seamos uno solo, y así mismo como duran esta justa, el Señor desea que sea para siempre. No solo en la rivalidad deportiva, sino en la confraternidad, el amor, la confianza entre los pueblos, inclusos países que no tienen bien definidos su territorio desfilan bajo una misma bandera. Jehová no tiene diferencia entre alto, bajos, delgados, gordos, fuertes, débiles, rápidos, lentos, maduros, jóvenes, morenos, blancos, negros, para Dios no existe eso, él solo ve el espíritu que puso en cada uno de nosotros y desea lo mejor que le demos para Él.
Así como se debaten en las duelas, que cada atleta da lo mejor de sí, durante ese momento que dura su competencia, Él Señor quiere que le des lo mejor de ti para hacerte grande entre todos los hombres, busquemos de Cristo, busquemos la salvación en tanto pueda ser hallada, para que te coronen con la medalla de oro.
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 1Corintios 9:24
Hasta la próxima atalaya; recuerda ¡Cristo viene! búscale. Shalom
Hola hermanos en la fe de Cristo; en estos momentos se están celebrando las olímpiadas, los juegos que se ejecutan cada 4 años en diferente localidades y continentes en el mundo, en esta ocasión les tocó a Río de Janeiro en Brasil, en nuestro continente americano, específicamente en sudamericano.
Así mismo con esa hermandad que se celebra donde países que normalmente se encuentran en conflictos políticos, en disputas por territorio se dan las manos y se abrazan, durante estos 15 días mas o menos que dura esta actividad.
Dios quiere que el hombre se mantenga en armonía, que seamos uno solo, y así mismo como duran esta justa, el Señor desea que sea para siempre. No solo en la rivalidad deportiva, sino en la confraternidad, el amor, la confianza entre los pueblos, inclusos países que no tienen bien definidos su territorio desfilan bajo una misma bandera. Jehová no tiene diferencia entre alto, bajos, delgados, gordos, fuertes, débiles, rápidos, lentos, maduros, jóvenes, morenos, blancos, negros, para Dios no existe eso, él solo ve el espíritu que puso en cada uno de nosotros y desea lo mejor que le demos para Él.
Así como se debaten en las duelas, que cada atleta da lo mejor de sí, durante ese momento que dura su competencia, Él Señor quiere que le des lo mejor de ti para hacerte grande entre todos los hombres, busquemos de Cristo, busquemos la salvación en tanto pueda ser hallada, para que te coronen con la medalla de oro.
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 1Corintios 9:24
Hasta la próxima atalaya; recuerda ¡Cristo viene! búscale. Shalom
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