domingo, 14 de marzo de 2010

El ofrecimiento de Jesucristo

Dios continúe obrando en cada uno de nosotros conforme a su voluntad en gloria.

Esta semana solo quiero hablarle de algo que sucede día tras día el cual consiste en el desprendimiento de nuestro Dios, a cada instantes Jehová muestra su amor por nosotros, pero como muchos poseemos un velo todavía el cual solo Cristo lo quita; ¡Cuál velo! El espiritual, que no deja a las personas acercarse a Jesús. He aquí lo encontre en un tratado, y narra lo que Cristo nos ofrece cada día, disfrútenlo.

El ofrecimiento de Jesucristo
Al corazón desesperado el se ofrece asimismo como esperanza: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13). Si tú estas en un estado de desesperación, vuélvete a Jesús y confía en él ahora. Hay esperanza en Cristo.

Al de Corazón sediente el se muestra como la fuente eterna: “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” (San Juan 4:14). Muchos han tomado de varios pozos en la vida tales como alcohol, drogas, consejeros, religión y se han ido tan sedientos como cuando vinieron. Toma de la fuente de vida eterna y queda completamente satisfecho. Solamente Jesús puede llenar el vacío de tu corazón.


Al de corazón quebrantado el se manifiesta como conforte: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel”. (Isaías 61:1) Jesús está cercano a todos aquellos de corazón quebrantado, Mira a Él hoy y deja que él te sane tus heridas. (Salmo 34:18)

Al corazón temeroso el se entrega como paz: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. (San Juan 14:27) Una paz profunda y que perdura es el regalo de Dios a todos los que en él confían, como su Salvador. Tu no necesitas pasar otro día en temor del futuro.

Al de corazón hambriento el se da como pan: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo”. (San Juan 6:51) Jesús se ofreció asimismo como sacrificio sobre la cruz para satisfacer tu hambre. Arrepiéntete de tus pecado y ven a Cristo ante que se haga tarde.
Muy edificante verdad.

Quiero felicitar por esta vía a mi primogénito Anfred que cumple hoy 6 añitos, que Jehová cumpla en ti todo sus propósitos en gloria.
Hasta una nueva entrega hermanos en Cristo.

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