Hola hermanos en la fe de Cristo. Todos sabemos que algunas vez en esta vida, uno tiene que pasar por tragos amargos que le sacan gotas del alma, lágrimas que pesan, pero así mismo Dios tiene el control de las situaciones por las que atravezamos y Él conoces todas las cosas. A veces no las entendemos en el proceso, pero mas adelante el Señor nos enjugará nuestras lágrimas, espero que este recado traducido pro el hermano Allan Román les sea de mucho provecho.
"Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación" Mateo 5: 4. Por el valle de lágrimas llegamos a Sion. Uno habría pensado que llorar y ser bendecido estaban en oposición, pero el infinitamente sabio Salvador los junta en esta bienaventuranza, y lo que Él juntó, no lo separe el hombre. Llorar por el pecado por nuestros propios pecados, y los pecados de otros- es el sello del Señor estampado en Sus fieles.
Cuando el Espíritu de gracia es derramado sobre la casa de David, o sobre cualquier otra casa, entonces los de la casa llorarán. Por el llanto santo recibimos las mejores bendiciones, de la misma manera que los productos más exóticos nos llegan por la vía marítima. No solamente será bendecido en algún día futuro el que llora, sino que Cristo lo declara bendecido incluso ahora. El Espíritu Santo consolará en verdad aquellos corazones que lloran por el pecado.
Serán consolados por la aplicación de la sangre de Jesús, y por el poder limpiador del Espíritu Santo. Serán consolados en cuanto al abundante pecado de su ciudad y de su época, por la seguridad de que Dios se glorificará a Sí mismo, sin importar cuánto se rebelen los hombres en Su contra. Serán consolados por la expectación de que serán liberados enteramente del pecado en breve, y pronto serán llevados a morar para siempre en la gloriosa presencia de su Señor.
Interesante verdad, continuemos confiando el DIOS y mas en estos tiempos de tanta diversidad de maldad que surgen. Hasta la próxima entrega. Recuerden ¡Cristo viene, buscale!. Shalom
No hay comentarios:
Publicar un comentario