lunes, 17 de junio de 2013

UNA DE LAS COSAS POR LA QUE NECESITO A DIOS

Dios les guie.

Que tal queridos hermanos en la fe de Cristo, Señor nuestro; en esta entrega le pondré este tema que me remitió mi hermano Alberto vía Web, hace día estoy por subirlo, pero el enemigo de la justicia, Satanás al parecer no quería, pues tuvimos una lucha para lograr colgarlo a la web, espero que sea de edificación para todos ustedes, amén!


UNA DE LAS COSAS POR LA QUE NECESITO A DIOS
¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano
. Mateo 7:5

Un estudio de la Universidad del Noreste de Boston (EEUU), que se publica en la revista Science, muestra cómo el sistema visual de nuestro cerebro presta más atención a una cara de una persona sobre la que hemos oído "chismes" negativos. "Se podría pensar que el cotilleo sólo afecta a las opiniones que tenemos acerca de alguien, pero afecta a algo más básico que eso, a la facilidad con la que ves a una persona, y eso es una sorpresa", ha explicado Lisa Barrett, profesora de psicología de la Universidad del Noreste de Boston , a la Agencia SINC.

El estudio demuestra que un chisme negativo sobre una persona hace más probable que veamos una cara que si no teníamos información sobre ella, o si lo que sabíamos era algo positivo o neutro. Los investigadores diseñaron los experimentos alrededor de un fenómeno de la percepción visual llamado "rivalidad binocular", por el que alternamos entre diferentes imágenes presentadas a cada ojo. "Cuando nos muestran dos cuadros, por ejemplo, uno para cada ojo, sólo somos capaces de ver uno de ellos", explica Erika Siegel, coautora del trabajo.. "Es la forma en que funciona el cerebro. ¿Podemos avanzar y retroceder, pero sólo veremos uno a la vez; es involuntario?, matiza Siegel.

En un experimento con 66 alumnos universitarios, expusieron caras neutras (sin expresión) asociadas a una descripción de un comportamiento negativo (por ejemplo, una patada a un perro), un comportamiento positivo ("ayudó a una mujer mayo con sus compras"), o un comportamiento neutral ("ayudó a cruzar la calle a un hombre"). Cada cara se presentó cuatro veces. En total, 20 caras para cada categoría. Posteriormente mostraron estas caras solas, agregaron 20 caras nuevas y las utilizaron en un experimento de "rivalidad binocular". Es decir, en cada ensayo se le enseñó al participante una cara para un ojo y una casa para el otro. Los investigadores descubrieron que si mostraban una cara neutra en un ojo y una casa en la otra, al comunicarles chismes negativos sobre la cara, lo más probable es que vieran más la cara que la casa. Si les decían algo positivo, o neutral, no existían diferencia para ver la casa o la cara.



Aunque los investigadores desconocen aún el porqué de este hecho, la hipótesis que barajan es quelas regiones del cerebro que están implicadas en los sentimientos y el aprendizaje emocional están conectados con el sistema visual, y también con las regiones subcorticales del cerebro que forman parte de la percepción.

¿Este hecho puede formar parte de nuestra evolución, esto es, que ayuda a protegernos de los mentirosos y los tramposos. Si los vemos durante más tiempo, tal vez podamos obtener información más precisa sobre su comportamiento?, concluye Siegel.

Respuesta:La palabra hebrea traducida como “chismoso” en el Antiguo Testamento es definida como alguien que revela secretos que suceden a su alrededor como un chismoso o traficante de chismorreos. Este es alguien que le saca secretos a la gente, acerca de ellos mismos y de sus familias, y luego va repitiéndolos de casa en casa, ocasionando gran perjuicio para aquellos cuyos secretos le fueron confiados, así como para aquellos a quienes se los cuenta, y también para sí mismo. El chisme se distingue de compartir información por su intención. El traficante de chismorreos tiene como su meta edificarse a sí mismo por medio de hacer ver mal a los demás y por exaltar su gran conocimiento de los demás.

En el libro de Romanos, Pablo revela la naturaleza pecaminosa y la anarquía de la raza humana, declarando cómo Dios derramó Su ira sobre aquellos que rechazaron Sus leyes. Por haberse alejado de la instrucción y la guía de Dios, Él los entregó a sus mentes reprobadas. “…llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.” (Romanos 1:29b-32). Podemos apreciar en este pasaje, que tan serio es el pecado del chisme y que caracteriza a aquellos que están bajo la ira de Dios.

Otro grupo que era y que es comúnmente conocido por consentir en este comportamiento pecaminoso son las viudas. Timoteo previene a las viudas en contra del entretenido hábito del chisme y de estar ociosas. “incurriendo así en condenación, por haber quebrantado su primera fe. Y también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran.” (1 Timoteo 5:12-13). En razón de que las mujeres tienden a pasar mucho tiempo en las casas unas de otras, o trabajando muy estrechamente con otras mujeres, involucrándose en las vidas de mucha gente, ellas escuchan y observan una variedad de conversaciones o situaciones, las cuales tienen el potencial de llegar a distorsionarse, si lo que ellas ven no es mantenido en privado. Timoteo dice que las viudas caen en el hábito de andar de casa en casa, buscando algo para ocupar su ociosidad. Las manos ociosas son el taller del diablo, y Dios advierte contra permitir que ese pecado entre a nuestras vidas. “El que anda en chismes descubre el secreto. No te entremetas, pues, con el suelto de lengua.” (Proverbios 20:19).
Ciertamente no solo las mujeres son las únicas que son encontradas culpables de este pecado. Cualquiera puede involucrarse en el acto del chisme, simplemente con repetir algo que escuchó en confianza. El libro de Proverbios tiene una larga lista de versos que cubren los peligros del chisme y la potencial herida que resulta cuando no se toma el cuidado de pensar en los demás y en cómo pueden ellos reaccionar si es revelado algo que hayan querido mantener en privado. “El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo; mas el hombre prudente calla.” (Proverbios 11:12-13)

La Biblia nos dice que “El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos.” (Proverbios 16:28). Muchas amistades han sido arruinadas por un malentendido que comenzó con un chisme. Aquellos que se involucran en este comportamiento no hacen sino provocar dificultades y causar ira y amargura, sin mencionar las heridas entre amigos. Tristemente, algunas personas se benefician con esto y buscan oportunidades para destruir a otros. Y cuando tales personas son confrontadas, niegan las acusaciones y responden con excusas y racionalismos. En vez de admitir su error, culpan a alguien o a algo más, o intentan hacerlo sonar como si el pecado que cometieron no fuera tan malo. “La boca del necio es quebrantamiento para sí, y sus labios son lazos para su alma. Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas.” (Proverbios 18:7-8).

“El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias.” (Proverbios 21:23) Así que debemos guardar nuestras lenguas y refrenarnos del acto pecaminoso del chisme. Si rendimos nuestros deseos naturales al Señor, Él nos ayudará a mantenernos rectos. Dios recompensa al justo y al recto, así que todos debemos luchar para permanecer como tales.

Jehová esté siempre al cuidado de nosotros, arrepientase, convierta su alma a Cristo, pues su venida está cerca. Shalom

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