Que tal queridos hermanos en la fe, Cristo esté siempre en sus corazones. En esta atalaya de hoy, le expresaré algo que nos ocurrió durante la semana pasada, un acontecimiento que nos marcó para toda la vida.
Pues si, al confirmar su partida con el Señor; se me partió el alma, pues fue mi maestra, consejera y Madre Espiritual para todos en la congregación, un ser muy especial, que siempre estaba disponible no importaba la hora, ella para la gloria del Señor supo demostrarnos como se vive una vida en plena comunión con Dios. Nos enseñó a amar, valorar y respetar las cosas de Jehová y sentir celos por ellas, eso vino de revelación ya que al ser maestra, no de librito, sino de revelación y unción.
Mi corazón se llenó de tristeza por la falta de su presencia pero a la misma vez de gozo porque sabemos que el mismo Dios la vino a buscar, y pronto la volveremos a ver allá en el cielo.
Rosa Guerrero siempre te recordaré como una gran cristiana que no negociabas los valores del Señor con nadie, que buscabas siempre la solución a todo, aún en los momentos en que uno no podía. Gracias por ser como fuiste con nosotros, nuestra esperanza es caminar como tu lo hiciste, como nos enseñaste, para volver a verte. Te amo en Cristo y gracias por todo lo que me enseñaste, espero no defraudar a Jehová ni tampoco a ti.
Hasta luego maestra, amiga, hermana, consejera y madre espiritual.
Nos leemos en la próxima atalaya. Shalom.
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