miércoles, 22 de octubre de 2008

Cristo es la luz de la vida

Gracia y Paz de parte de Dios Altísimo y de Nuestro Señor Jesucristo.

Muy buenas queridos hermanos en Cristo, que la paz del Señor colme sus vidas, hoy como de costumbre le traigo un texto interesante de esos que uno saborea hasta acabarse lo extraje de un tratado; el cual me llenó mucho, y espero que a ustedes le cause igual efecto…

Cristo es la luz de la vida

A usted y a mi como ciudadanos de este país y del planeta Tierra deberían entristecernos sobremanera, los altos índices que reflejan las estadísticas mundiales y nacionales respecto a la degradación moral, sobre todo en los jóvenes. Nuestros jóvenes, y aun muchas personas adultas, marcha hacia la destrucción de sus vidas, probando “a tientas y a locas” diversas salidas que pudieran dar sentido a su existencia; pero cada paso que dan, los hunde más en el lodo de la desesperación.

Ahora permítame hacerle éstas pregustas: ¿Has estado alguna vez en una habitación completamente a oscuras? ¿Has estado en lugares donde no entra un rayo de luz natural, ni artificial? ¿Has intentado usted caminar en esas condiciones?


Difícil, ¿Verdad? Casi imposible. Sin luz, se pierde por completo la orientación física. De igual manera ocurre en el sentido espiritual. La oscuridad espiritual es la causa de tantas vidas destrozadas por los vicios, por la insatisfacción, por el poco deseo de vivir.

Pero hay una gran solución: Cristo, el único Hijo de Dios. En la Biblia encontramos sus maravillosas palabras, “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, de ningún modo andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12)

¿Quieres tener la luz de la vida? Espero que sí; porque esa luz dará sentido a tu existencia, reorientará tu camino, valorará tu juventud, fortalecerá tu hogar, te preparará para una excelente eternidad, ¿cómo hacer para seguir a Cristo y obtener esa luz? El mismo Señor Jesús ha de hablarte con su palabra: “Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas”. (Juan 12:46)

Si, mi hermano, mi hermana; la única manera de salir de esa terrible oscuridad que de seguro está afectando tu vida, es haciendo una decisión. ¡Clamar a Jesucristo!.
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” (Jeremías 33:3) También nos dice “Hasta ahora, nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo esté completo.” (Juan 16:24)

Hoy es el día, ahora es el momento. No le des más vueltas; allí donde te encuentras, Dios puede salvarte si le dices de todo corazón: “Cristo sé propicio a mí, que me considero un pecador/pecadora, quiero la luz, se mi Señor y toma control de mi vida hoy te la entrego”. Amen.

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