martes, 8 de septiembre de 2009

Un día en el Penal de La Victoria

Dios les guarde en todos sus caminos, siervo de YWHW.

Hoy les traigo una historia de lo que Dios hace con los que son escogidos, para llevar el mensaje de salvación a quienes los necesitan, mostrándoles el camino la verdad y la vida que Cristo Jesús.

Un día en el Penal de La Victoria
El miércoles 02 de este mes nos invitaron a dirigir el servicio en la Cárcel, específicamente en la sección llamada el “Consulado”, para quien suscribe, dijo bueno lo haremos como en nuestro templo, en dicho lugar tiene otra forma diferente de cómo celebrar los cultos al Todopoderoso, auque somos Pentecostal se hacía de una forma diferente y para colmo e invitado un hermano de otra congregación que tengo muchos años conociendo, pero no sabía que era de otra rama del evangelio, Bautista.

En fin iniciamos el culto, el pastor Juan Andrés toma la palabra introductoria, pero Dios ya tenía un propósito, por el cual nos había enviado como dice en Marcos 16:15-16 “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”

Lo primero es que estamos fuera de sitio ya que no encontrábamos como íbamos a dirigir pero invocamos al Espíritu Santo el cual tomó dominio y control, allí hermanos de lo que asistimos Alberto, cantó alabanza, que nunca lo había hecho, junto. Miguel que es el amigo y hermano bautista, ministró las ofrendas con alabanzas; José nos presentó a la congregación; Carlos, el cual estaba en su cargo la palabras, tocó la güira, y quien suscribe leyó la palabra de introducción al mensaje. A parte de que tomamos todas las cosas como no era, lo bello viene a continuación.
Cuando se presenta Carlos, con su testimonio, tan impresionante lee la siguiente cita, la cual fue la presentación al mensaje en Lamentaciones 3:55-59 “Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profunda;”
“ Oíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros”.
“ Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas”.
“ Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida”.
“ Tú has visto, oh Jehová, mi agravio; defiende mi causa”.


La cual el Espíritu de Dios le otorgó, y mientra Carlos hablaba, nuestros espíritus de los presentes, se compungía de las cosas que suceden dentro de las cárceles ya que el hermano Carlos fue presidiario, por una causa injusta, pero Dios lo preservó y le sirvió de ejemplo para que perseveren en ÉL por que Yahvé no falla, porque para siempre es su misericordia.

Al término todos derramados en lágrimas una persona que entraba y salía del templo fue tocada por el testimonio del varón Carlos y aceptó a Cristo, como su salvador y solamente atiné a decir verdaderamente esto valió la pena es una alma menos que enemigo tiene.
Mientras saludábamos a los presente y los que estaban en su alrededor hubo otro presidiario que se le acercó al hermano Carlos diciéndole cito: (Varón venga para que se escuche yo lo gravé en mi celular, fíjese eso mismo me pasó a mi por eso estoy aquí) a lo que Carlos le dijo siervo confíe en Dios que El no se ha olvidado de usted así como Dios me sacó de aquí usted también puede salir, solo espere en El, que no falla.

Mis hermanos esperemos en Dios, El tiene el control de todas las cosas y para todo tiene un propósito, no se cual es tu aflicción pero Dios se glorificará, espera en el como dice el Salmo 37:5 “Encomienda a Jehová tus caminos, Y confía en él, y el hará”

Hasta la próxima entrega, mis hermanos Cristo les guarde su entrar y salir…

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