miércoles, 18 de febrero de 2015

LA GLORIA DE DIOS MANIFESTADA

Dios le guie en su caminar.

Que tal queridos hermanos en la fe de Cristo, Señor nuestro. Muchas veces nos preguntamos que queremos la gloria de Dios, pero en realidad estamos preparado para ello. Este cuerpo carnal, corrupto, que le gusta las cosas vanas de este mundo no puede soportar peso tan grande, que es la gloria de Jehová, veamos:

Éxodos 40:34-35 Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. 35 Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba.

Como vemos la gloria de Dios no puede recibirla hombre alguno, si no es revestido con poder de lo alto. Lo que recibimos es un destello una cosita pequeña de lo que es la gloria de Jehová, pues el poder máximo este cuerpo mortal no es capaz de recibirla.

Dios tiene un propósito para cada hombre en éste mundo y es que le adoremos por los siglos de siglos, pero debemos ganarnos ese privilegio que nos fue otorgado, pasando las pruebas en este mundo, así como Cristo las pasó y las aprobó.

El nos conoces, y sabe de que podemos hacerlo, pero no es con nuestra fuerzas, no es con nuestro entendimiento sino apegados a él, ya que sin Jesús no somos nada. Por ello te invito a buscar de su presencia a buscar su gloria en oración en súplica, aceptando el sacrificio que hizo por ti y por mi en la cruz del calvario. Usted tiene un valor enorme porque fuiste comprado con sangre, la sangre preciosa del cordero inmolado; Jesucristo el Rey de reyes y Señor de señores.

¡Ven a su pies ahora! Él espera que le abras la puerta de tu corazón.

Hasta la próxima entrega. Shalom.

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