jueves, 30 de abril de 2015

PROMESA DE DIOS PARA LOS GENEROSOS

Dios le guarde en todo sus ser.

Hola hermanos en la fe de Cristo; continuando los escritos de los hermanos del Ministerio en Contacto, nos suministraron uno de esos que hay que leerlo por obligación; espero que ustedes le saquen el mayor provecho posible.

2 Corintios 9:6-11
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. 

El principio de siembra y cosecha es una verdad universal ordenada por Dios; se aplica no solo a la agricultura, sino también al acto de dar. A pesar de que el Señor promete una cosecha abundante para quienes dan con generosidad, a muchos cristianos le sigue resultando difícil deja de aferrarse al dinero.

En medio de una economía caótica y de tiempos de incertidumbre, podemos encontrar nuestra seguridad en el Señor. El mundo dice que para tener suficiente tenemos que adquirir más. Pero el pasaje de hoy nos recuerda que al dar generosamente tendremos abundancia de provisión para nuestras necesidades (pan) y recursos para seguir siendo generosos (semilla).

Más allá de esto, el Señor promete también que la cosecha de nuestra justicia aumentará, y que seremos enriquecidos en todo para toda libertad"(v. 11). Las riquezas de Dios abarcan mucho más que las riquezas terrenales. La generosidad produce un carácter piadoso, que es valioso ahora y en la eternidad.

Aunque se nos ha dado la promesa de una cosecha abundante, ésta la tendrán solamente quienes siembren abundantemente. Al obedecer el plan de Dios en cuanto al dar, usted podrá estar libre de preocupaciones, porque Aquél que le garantiza una cosecha, es también el Señor omnipotente capaz de producirla.

Edificante verdad, aprendamos el arte de dar. Hasta una nueva entrega. Recuerda, ¡Cristo viene pronto, búscale! Shalom

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