martes, 13 de abril de 2010

Cuando el pozo se cierra

La gracia de la Santa Trinidad Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espiritu Santo, deciendan sobre ustedes.

Qué tal queridos hermanos, en esta ocasión les traigo un mensaje que recibí vía web, del señor Saulo Hidalgo, del Ministerio Levantate y Anda, un mensaje que debe llamarnos a reflexionar de las cosas que nos acontecen día a día, quise reproducirlo en esta atalaya, ya que tiene un mensaje "contagioso" y cabe destacar que a cada momento vivimos estos casos; espero que lo disiernan al igual que yo, y le sea de edificación a sus vidas, ya que contiene dos partes y esta es su primera.


Cuando el pozo se cierra (Primera parte)

Usted fue creado para la acción más que para la reacción. Generalmente estamos reaccionando de la manera equivocada ante las cosas que nos suceden, porque no nos preparamos para poder enfrentarlas. Cada vez que nos toca pasar por la adversidad, es necesario entender que ésta tiene como propósito convertirnos en mejores personas, no en más amargadas personas. Todo depende de nuestra actitud. La diferencia entre un obstáculo y una oportunidad es nuestra actitud hacia él. Como dijo Herb Cohen: “Usted y yo no vemos las cosas como son, las vemos como somos nosotros”.

Usted nunca verá salir el sol si sólo se dedica a mirar hacia el oeste. Cambie la palabra lamentar, por la palabra trabajar; cambie la posición de resistir, por la de recibir. En uno de mis libros escribo que cada persona viene al mundo con una palabra: Trabajo. Esta palabra aparece quinientas sesenta y siete veces en la Biblia, según la concordancia Strong. Es una palabra que Dios le deja claro al primer hombre de la historia de la creación, Adán, cuando le explica que con el sudor de su frente comería. Más tarde dirá el apóstol San Pablo: “Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma” (2da Tesalonicenses 3,10)

Cada cosa requiere trabajo, y en esta ocasión sustituiré la palabra trabajo por la palabra esfuerzo. Tener un título académico requiere esfuerzo; tener estabilidad económica requiere esfuerzo; tener un buen matrimonio o una buena relación de pareja requiere de un gran esfuerzo; tener una buena familia requiere esfuerzo; tener una buena salud requiere esfuerzo; tener paz requiere de un mucho mayor esfuerzo; hasta mantenerse de pie requiere esfuerzo, ya que la misma gravedad nos empuja hacia abajo. Realmente hasta para pararse de la cama cada mañana usted requerirá de un gran esfuerzo, pues su propio cuerpo es el primero que le pide que no haga nada. Es por eso que siempre insisto que para obtener cada cosa de valor en la vida, es necesario dar el máximo de uno mismo. Muchas veces lo imposible es lo que no se ha tratado de hacer.

Dios no quiere que usted esté quieto. Las personas son como los árboles, o crecen o se marchitan. Y quiero que entienda algo, los mayores logros de la humanidad se obtuvieron cuando se presentaron los mayores desafíos. Cada cosa dura que le toque pasar, puede ser la antesala de algo grande de lo que usted y otros se van a beneficiar.

Constructivo verdad, no se pierdan la segunda parte en la próxima entrega.

Dios les continúe obrando en sus vidas y que Cristo le de paz.

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